domingo, 1 de septiembre de 2013

Misógino (17-1-1985)

Tal vez aquel
que generó de sí, el alba,
los océanos, el sonido,
era un misógino
ciego y envanecido.
Gestionó un destino
de siete calles color hombre,
les plantó agudezas
hechas de tinta;
las llamó leyes
y rió satisfecho
de su cinismo.
Por eso, no hubo ni habrá
machos en una cama
de prostíbulo;
y las mujeres se callan
y niegan sus instintos,
por eso Juana murió
en la hoguera
del egoísmo.
Y Mireya mendigó
los días del invierno
anciano y frío.
Por eso, me gritaron insultos
y asimilé ácidos en mis tejidos,
por eso me fue dado el valor
para sanar lo enfermo
y renovar lo escrito.
Lo usaré a lo largo del sendero
para evitar otra Juana,
otra Mireya, otra mujer
enterrada en el mar del mutismo.





17-1-1985

No hay comentarios:

Publicar un comentario