domingo, 26 de enero de 2014

TUS MANOS ESTARÁN SIEMPRE EN MI PELO (13-8-1990)

Tus manos estarán siempre en mi pelo.
Siempre. Como estuvieron.
Los días de fiebre en mi cama,
el despertar al cumplir años,
tus manos allí, a veces deteniendo
a veces dando.
Emblema que forjó
las curvas de mi arcilla
y en las mañanas frías de Balcarce
pusieron moños y hebillas,
desenredaron mechones encardados,
perfumaron pañuelos tan lavados,
condujeron cacerolas, nuestro auto,
cosieron polleras que gasté a golpes;
pero sobre todo: acariciaron.
No se compran un par de manos
que acaricien,
y menos que acaricien tantos años.
Tus manos estarán siempre en mi pelo.
Cada vena, cada desnivel
impresos me quedaron.
No importa que exista la distancia,
no es lo físico lo que me acompaña,
siento el calor que viene de ellas
y lo guardo, lo palpo y agiganto.
No es la cercanía la que da lo verdadero,
cuando ya han crecido paralelos
mi amor y mi cuerpo;
por eso, siempre – y al decirlo te siento-
tus manos estarán aquí, sobre mi pelo.-




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