La radio trae
la cadencia de tu voz
y me pierdo el relato.
Sonido que flashea
la secuencia
de una risa, tu cuerpo
y dos rosarios.
Apenas conozco
tres rayos del iris
de tus ojos claros.
Pero sé que no dormís
sereno y aún
te gusta taparte en el verano.
Algunos de tus miedos
cubiertos con los modos
de un glam descuidado.
Las flores de tus calles,
el brillo de tu pelo,
de pulso acelerado.
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