Una y otra vez
te escucho.
Con signos y notas
me construyo
las telas de tu cuerpo
incógnito;
el tono de una voz
estereoscópico.
Mi mago agita
el mapa tibio,
holograma de tu piel
que ya adivino,
con pulpejos inquietos
y ojos cerrados
te desvisto.
Antes del primer segundo,
antes de que seas real,
te intuyo.
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